martes, 24 de junio de 2014

DEGRADACIÓN DEL PROYECTO EUROPEO


http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2014/06/24/degradacion-proyecto-europeo/568990.html

Ya con ocasión de la crisis de los 70, algunos recomendaron soluciones como el debilitamiento de los sindicatos, facilidades para el despido y el descenso salarial, fórmula que triunfó en los países anglosajones de la mano de Reagan y Tatcher"

Tras las últimas elecciones al Parlamento Europeo del pasado 25 de mayo, una vez más ha quedado patente la creciente desafección ciudadana hacia las instituciones de la Unión Europea (UE). El sueño de una Europa unida, acariciado en otros tiempos, manu militari, por los imperios carolingio y napoleónico, y que recibió un impulso de los ´padres fundadores´ de la UE (Robert Schuman, Jean Monnet, Konrad Adenauer...), está hoy en crisis. En la presente columna, y en la próxima que les aportaré dentro de quince días, me propongo resumirles parte del contenido de unos artículos que abordan esta problemática (*).
Robert Schuman, uno de los 'padres
fundadores' de la actual Unión Europea
La llegada de Margaret Thatcher al poder marcó el inicio de la ofensiva antieuropeísta. Los sucesivos vetos británicos fueron descafeinando el proyecto. Por otro lado, la caída del Muro de Berlín, en 1989, planteó la conveniencia de incorporar a la UE a los antiguos países del Este, para lo que había que reforzar la Unión. Pero, tras el Tratado de Maastricht de 1992, el neoliberalismo dominante se aseguró de que ningún poder elegido democráticamente pudiera condicionar los mercados financieros. Por ello se dotó de una absoluta independencia al Banco Central Europeo y se orientó la política monetaria no al crecimiento y al empleo, sino a frenar la inflación. De manera que el keynesianismo, que había permitido superar la gran crisis del año 1929, quedó excluido del ordenamiento jurídico que rige el euro.
Tras el fracaso del proyecto de Constitución europea, con la ampliación de la UE a 27 tras adherirse los países del Este, el Tratado de Lisboa consolidó una Europa lejana e incomprensible para la ciudadanía europea. Y en ésas estalló la crisis. En octubre de 2008, los principales países de la Unión acordaron otorgar aval público a los nuevos préstamos bancarios, lo que, si bien salvó a Europa del colapso financiero, determinó el sobreendeudamiento de las finanzas públicas. Unas semanas después, en la reunión del G20, para evitar que pudiera repetirse la situación de 1929, se decidió el incremento del gasto público para estimular la demanda. Esta decisión la vino muy bien a Alemania, país exportador que se benefició de ese incremento del gasto y del consumo del resto de países. Pero este país, que durante décadas había sido el mayor contribuyente neto de la Unión, comenzó a actuar de manera insolidaria, sobre todo cuando surgió la necesidad de acudir al rescate de Grecia. Desde ese momento, se ha impuesto la tesis de unos países periféricos ´derrochadores´, algo que tiene poco que ver con la realidad: antes de la crisis, en 2007 la deuda pública española era el 36,3% del PIB, mientras que la alemana equivalía al 65,2% del suyo.
Hoy, los ciudadanos alemanes ya no se sienten tan solidarios con el resto de los europeos, por lo que se habla del fin de la cuarta Alemania (1945-1990), la europeísta de Adenauer y Schmidt, y el comienzo de la quinta Alemania, (la de Merkel), más orientada al centro y Este de Europa y más próxima al hegemonismo de la época bismarckiana. Según algunos analistas, de ser esto cierto, el proyecto europeo tal como lo concibieron sus fundadores habría llegado a su fin.
Porque las medidas adoptadas en la Eurozona para hacer frente a la crisis no sólo reflejan la nueva hegemonía alemana, sino que suponen la llegada al continente de la ´Gran Desigualdad´ que corroe a las sociedades desarrolladas desde los años 80. Ya con ocasión de la crisis de los 70, algunos recomendaron soluciones como el debilitamiento de los sindicatos, facilidades para el despido y el descenso salarial, fórmula que triunfó en los países anglosajones de la mano de Reagan y Tatcher. Hoy esa tendencia se ha impuesto en Europa: la mayor parte de las rentas del crecimiento van a parar a una reducidísima minoría mientras que gran parte de la población ve sus rentas estancadas o reducidas.
Cuando a comienzos de 2010 se desató la crisis del euro, Alemania era más competitiva que el resto de la Eurozona y acreedora de grandes cantidades de dinero. Por eso, algo que se podía haber hecho, el aval europeo a las nuevas emisiones de deuda, fue cortocircuitado por ese país. Como, además, no se disponía de una autoridad económica capaz de poner en práctica políticas orientadas al crecimiento, Alemania impuso, como solución para salir de la crisis, la bajada salarial y el recorte del Estado del Bienestar. Desde ese momento, gran parte de la población se ha empobrecido mientras una minoría se ha enriquecido más, al tiempo que los gobiernos se han ido impregnando de postulados neoliberales, esto es, la supeditación de la política a la economía.
Nos hemos despertado abruptamente del sueño de la construcción europea: cifras exorbitantes de parados, desahucios en países con un inmenso parque de viviendas vacías, emigrantes muriendo a las puertas de Europa... Es el resultado de un proceso de degradación del proyecto europeo.
(*) Alfons Calderón y Luis Sols, Europa en la encrucijada, nº 188 de Cuadernos de Cristianisme i Justicia, Barcelona, marzo de 2014.

viernes, 13 de junio de 2014

NACE LA ASOCIACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE MURCIA

Con la expresión "Tenemos Memoria", añadida a su logo, la Asociación tiene como finalidad, entre otras muchas, defender la verdad de la Memoria Histórica de la comarca de Murcia desde la proclamación de la II República y la sublevación militar del 18 de julio de 1936, sin olvidar las represalias tras la Guerra Civil y la lucha antifascista que se desarrolló hasta la Transición democrática.



Diego Jiménez/Murcia.- 13 de junio de 2014.    En asamblea celebrada en Murcia en la tarde del pasado jueves, día 12 de junio, quedó constituida la "Asociación para la recuperación y defensa de la Memoria Histórica de Murcia" (MHMU-Tenemos Memoria), tras el debate y aprobación de sus Estatutos y posterior elección de la junta directiva de la misma. 



Entre los fines de la Asociación, destacan compensar el trato desigual que recibieron y aún reciben las víctimas de la sublevación militar contra la II República, de la Guerra Civil, de la represión franquista y de la Transición democrática, así como restablecer la dignidad de las personas exiliadas, depuradas, represaliadas, fusiladas, encarceladas y torturadas, por lo que es urgente defender la verdad de la Memoria Histórica de Murcia y su comarca (entendiendo por tal no sólo el término municipal de la capital sino también sus localidades próximas), para lo que se pretende  coordinar, en colaboración con las Universidades de la Región y otros centros de investigación -sin excluir a otras entidades nacionales y extranjeras que tengan los mismos fines- estudios tendentes a conocer la verdad sobre esas terribles actuaciones.

Con la  investigación y  localización de personas desaparecidas, asesinadas, ejecutadas en juicios sin garantías y en consejos de guerra, se pretende poner fin al anonimato de las víctimas y rotular sus lugares de enterramiento así como concienciar a la sociedad sobre las terribles consecuencias de la intolerancia y la represión de las libertades civiles y sociales ejercidas por las ideologías nazis, fascistas, militaristas, totalitarias y excluyentes. 

Composición de la junta directiva

La junta directiva electa quedó constituida por las siguientes personas: Isabel Barceló, Paco Bastida, María Jesús García, Rufino Garrido, Diego Jiménez, Joaquín López, Mari Carmen López, Pedro Pina y Benigno Polo.

martes, 10 de junio de 2014

¿POR QUÉ NO LA III REPÚBLICA?

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2014/06/10/iii-republica/565608.html?fb_action_ids=775124635834029&fb_action_types=og.recommends&fb_source=aggregation&fb_aggregation_id=288381481237582

Una abdicación no se da todos los días. Por ello, en la renuncia de Juan Carlos I en la persona de su hijo el Príncipe de Asturias, futuro Felipe VI, hay más motivos que el evidente deterioro de la salud física del Borbón saliente. ¿Acaso la corrupción que se ha extendido como una mancha de aceite por parte del tejido social y político y que ha penetrado en el seno de la Casa Real no ha tenido nada que ver? ¿Acaso no ha influido en ello el notable avance de la izquierda en las pasadas elecciones europeas, lo que demuestra el principio del fin del bipartidismo? ¿Es ajena a esa decisión la próxima consulta soberanista de Cataluña?
Salvando las distancias, podemos constatar similitudes entre lo que estamos viviendo y nuestro pasado más próximo. Por referirme a un hecho no por conocido no menos trascendente, recordemos la España del inicio de los años 30 del pasado siglo. Desde finales del siglo XIX y principios del XX, el régimen de la Restauración había ido evidenciando sus limitaciones y carencias, con un desafecto creciente de la población. Los intentos regeneracionistas de la vida pública que intentaron llevar a cabo Silvela y Maura, desde los partidos liberal y conservador, respectivamente, no evitaron el evidente desgaste no sólo de esos partidos dinásticos que habían sostenido la monarquía de Alfonso XIII sino también de la propia institución. Como es sabido, la dictadura del general Miguel Primo de Rivera, que se presentó a sí mismo como el continuador del regeneracionismo, fue un breve paréntesis que precedió al Pacto de San Sebastián, de 17 de agosto de 1930, que, a la postre, determinaría el fin de la monarquía. Una institución que se había apoyado en el Ejército para preservar su posición y cuya responsabilidad en escándalos tan sonados como el Desastre de Annual, en la guerra de Marruecos, quedó clara a partir de los trabajos del ´Informe Picasso´. Como es sabido, la comisión parlamentaria creada para investigar tal hecho suspendió sus trabajos a partir de la llegada de la dictadura primorriverista, por lo que ese Informe no llegó a ver la luz.
La España de hoy nos recuerda, en parte, a aquellos convulsos años. Para empezar, estamos inmersos en una crisis que, hoy se sabe ya, supera a la de 1929, pues es multifactorial, sistémica: crisis económica, social, política, ambiental, de valores... Como en los años 30, la monarquía ha ido cayendo en un evidente descrédito. Y, como en aquellos momentos, el monarca saliente –que ha basado su dudosa legitimidad en la decisión del dictador Franco- ha venido apoyándose y haciendo causa común con las élites dominantes. Y cuando la corrupción y el deterioro político del sistema de la Transición se han ido extendiendo por el país, Juan Carlos de Borbón no sólo no ha ejercido su labor mediadora para intentar enmendar la situación, sino que ha visto cómo la corrupción se incrustaba asimismo en el seno de la familia real.
Por ello, lo que hace unos años hubiera sido un atrevimiento, esto es, plantear la necesidad de un referéndum tendente a que el pueblo soberano elija la forma de Estado, hoy, habida cuenta del desprestigio en que está sumida esta institución medieval y anacrónica, no es sólo posible, sino necesario. Y aunque no estamos en un escenario como el del Pacto de Ostende, que puso fin a la monarquía de Isabel II en septiembre de 1868, ni ante el citado Pacto de San Sebastián de 1930, que supuso la llegada de la II República, creo que todo se andará.
Lo que ocurre es que los ´padres´ de la Constitución se preocuparon muy mucho de que una eventual reforma constitucional resultara, si no imposible, sí bastante difícil. El artículo 168 establece que cuando se propusiere la revisión total de la Constitución o una parcial que afecte a algunos apartados de la misma (entre ellos, el Título II, que regula las funciones de la Corona) «se procederá a la aprobación por mayoría de dos tercios de cada Cámara y a la disolución inmediata de las Cortes». Las nuevas Cortes elegidas tendrán como misión aprobar dicha modificación también por mayoría de dos tercios y convocar un referéndum para la ratificación de ese acuerdo.
Lejos de ese posible escenario, la Corona, en un intento de apuntalar la institución, se dispone a seguir apoyándose en los dos nuevos partidos ´dinásticos´, PP y PSOE. Pero es imposible acallar la voz de la calle. El pasado lunes día 2, tras conocerse la abdicación del monarca, las calles y plazas de España se llenaron de jóvenes (que no conocieron la Transición pero que saben que este régimen les ha condenado a un futuro incierto) y de no tan jóvenes. Con un claro mensaje rupturista destinado a los partidos inmovilistas de este régimen y con las miras puestas en la necesidad de iniciar un proceso neoconstituyente que devuelva el protagonismo y la soberanía real al pueblo, en el ambiente flotaba esta pregunta: ¿Por qué no la III República?

jueves, 5 de junio de 2014

ASAMBLEA CONSTITUTIVA DE LA ASOCIACIÓN MURCIANA DE LA MEMORIA HISTÓRICA

El próximo jueves, día 12 de junio, en el IES Floridablanca de Murcia va a tener lugar la Asamblea constitutiva de la Asociación Murciana de la Memoria Histórica, en el transcurso de la cual se procederá a aprobar la denominación definitiva de la Asociación, a debatir y aprobar los Estatutos y a elegir la junta directiva de la misma.

Lugar: Instituto de Educación Secundaria (IES) Floridablanca

Día:    Jueves, 12 de junio

Hora:  19:00 horas (7 de la tarde)

Se invita a esta asamblea a cuantas personas estén interesadas en pertenecer a esta Asociación.

martes, 3 de junio de 2014

Miles de personas claman en Murcia por el advenimiento de la III República

En el transcurso de la concentración y posterior manifestación por las calles de la capital,   se exigió un referéndum vinculante para que el Pueblo decida la fórmula del nuevo Estado, tras la abdicación de Juan Carlos I de Borbón.


Diego Jiménez/Murcia. 2 de junio de 2014.- Convocadas por la ‘Marea Tricolor’, miles de personas (en torno a las siete mil, aunque posteriormente se fueron sumando más, hasta llegar a alcanzarse la cifra de unas diez mil) se concentraron el pasado día dos en la Glorieta de Murcia (bautizada ya como “Plaza del 15M”), una vez conocida la abdicación del monarca Juan Carlos I, para reivindicar la inmediata convocatoria de un referéndum vinculante que permita al pueblo decidir entre la fórmula monárquica o republicana del Estado.  

Foto
Se brindó con champán por la abdicación del monarca
La inicial concentración –en la que se llegó a brindar por champán-  se convirtió, pasada una hora, en una manifestación espontánea que recorrió las calles céntricas de la capital, para, desde la Gran Vía y  la calle Correos, desembocar frente a la Delegación del Gobierno.

Con gran profusión de banderas republicanas, la manifestación,  secundada por personas de toda edad y condición pero con predominio de jóvenes, transcurrió en un ambiente festivo y reivindicativo, que no pudo ser empañado por la actitud de alguna persona aislada que intentó increpar a quienes se manifestaban, hecho que pudimos constatar a la altura de la Plaza del Romea.

Banderas republicanas en la Glorieta


En el transcurso de la marcha, los manifestantes no dejaron de corear eslóganes reivindicativos tales como “Esta bandera es la verdadera”, “No hay dos sin tres, República otra vez”, “Que no que no, que no que no, que no queremos a Juan Carlos ni a Felipe de Borbón”, “Viva la lucha de la clase obrera”, “España, mañana, será republicana” “Luchar para crear poder popular”… Y al llegar a la altura de la plaza de Santo Domingo, donde la marcha hizo una pequeña parada,  se pudo oír esta alusión al yerno del Rey: “Urdangarín, a trabajar al Burger King”, ante un conocido local de esta firma allí existente.

Tanto al inicio del acto, en la Glorieta, como al final del mismo, ante la Delegación del Gobierno, se procedió a la lectura de un comunicado. En el primer lugar citado, Paco Morote, Joaquín Morote y de Chusa Herrero tomaron la palabra mientras que ante la Delegación del Gobierno lo hicieron los jóvenes Fernando y Rebeca.

Paco Morote, Joaquín Morote y Chusa Herrero tomaron la palabra
A juicio de las personas convocantes, “la abdicación de Juan Carlos I es una prueba más de que estamos asistiendo al final del ciclo político e institucional iniciado en 1978”, pues el monarca “representaba la pervivencia de elementos del régimen franquista” por lo que “el desplome electoral del bipartidismo tras los comicios europeos marca el inicio de un fuerte  declive del modelo político de la Transición”. En el mismo se afirma que “la movilización social está logrando arrinconar a un régimen caduco, incapaz de dar respuesta a las necesidades de la ciudadanía” por lo que “es necesario elevar la lucha un paso más y defender unitariamente una alternativa republicana capaz de poner el poder en las manos del pueblo”.  En el texto se afirma que “la Corona va a intentar por todos los medios asegurar la continuidad y la normalidad a través de la línea dinástica” pero la abdicación transmite la sensación de que “un régimen republicano es posible”.

Rebeca se dirige a los manifestantes ante la Delegación del Gobierno.

En el comunicado también se afirma que “la agudización del problema nacional también ha quedado patente en el pasado proceso electoral”, lo que nos obliga a dotarnos de un “marco de convivencia voluntaria, solidaria y estable entre todas las nacionalidades del Estado”, porque “los intereses del conjunto de las clases populares, los ideales de solidaridad y de redistribución territorial […] quedan mejor recogidos en el marco de una República plurinacional”. Por ello, “Marea Tricolor llama a todos los ciudadanos y ciudadanas para que, entre todos, abramos una senda y una agenda política que culmine con la promulgación de una República solidaria y multinacional”, para lo que  se exige “un referéndum y un proceso constituyente en el Estado Español”.