martes, 12 de marzo de 2013

HUGO CHÁVEZ Y SU LEGADO

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2013/03/12/chavez-legado/458050.html


La muerte de Hugo Chávez  ha evidenciado, con más intensidad durante estos días,  la gran manipulación mediática que ha acompañado a sus catorces años de mandato al frente de la República Bolivariana de Venezuela.

Como muy bien reconocen algunos analistas, los principales medios de difusión de nuestro país se caracterizan por una limitadísima pluralidad ideológica. En ese sentido, ningún tema como el chavismo ha concitado tantas tergiversaciones, críticas y posturas en las que la visceralidad se ha impuesto sobre la racionalidad. A título de ejemplo, fue vergonzoso el ¿debate? de 24 horas-TVE en la noche en que se produjo la muerte del mandatario venezolano. Por otra parte, la postura de los periódicos de Vocento ha sido la de la crítica  pura y dura hacia su gestión. ¿Y  qué decir de los del grupo Prisa? El País ha venido erosionando, con sus editoriales, la imagen de Chávez, contando, además, con la colaboración puntual de personas como Moisés Naím o el Nobel de Literatura Vargas Llosa.  En el editorial del pasado miércoles, este periódico se despachaba con la afirmación de que Chávez ha sido un caudillo (ojo, no un líder) carismático que ha mantenido al pueblo venezolano en la ceguera de no ver la corrupción y la pobreza. Sin embargo, si  contrastamos dicho aserto con datos fehacientes, la realidad es otra. Y la realidad es que, según Vicenç Navarro, en artículo publicado el pasado enero pero que cobra ahora plena actualidad, tomando como referentes a  los profesores Carles Muntaner (de la Universidad de Toronto), Joan Benach y María Páez Víctor (de la Universidad Pompeu Fabra), la pobreza ha pasado a ser de un 71% de la población en 1996 a un 21% en 2010, siendo especialmente acentuada la reducción en la pobreza extrema, que pasó de ser un 40% en 1996 a un 7,3% en 2010.
Y Moisés Naím -por cierto, ministro de Industria con Carlos Andrés Pérez, y corresponsable, por tanto, de la represión de las protestas sociales de 1989 (el “Caracazo”)  que causaron al menos 3.000 víctimas- exponía en El País del pasado jueves, día 7, que Venezuela (sic) “posee uno de los mayores déficits fiscales del mundo, la mayor tasa de inflación, el peor ajuste del tipo de cambio, el incremento más rápido de la deuda y una de las mayores caídas de la capacidad productiva, incluso en el sector del petróleo”. Pero los datos desmienten dicha afirmación. Vicenç Navarro, apoyándose en los estudios de Mark Weisbrot, uno de los economistas más reputados de EE UU, aporta una visión más realista y menos catastrofista: según el Fondo Monetario Internacional, el déficit público de Venezuela se situaba en el 7,4% del PIB (Moisés Naím decía que era el 20%). Respecto de la hipertrofia de la deuda pública, ésta representa el 51,3% del PIB, menor que la media de la UE (82,5%). Y en lo referente al supuesto colapso de la producción petrolera, lo cierto es que Venezuela ha exportado menos a EE UU, pero con la idea de diversificar sus ventas.
No quiero abrumar con más datos. Pero para obtener una visión más reposada y menos sesgada de la realidad social y económica venezolana, remito igualmente al lector al análisis estadístico que aporta el economista Juan Torres López (1).
En el plano político-ideológico, por otro lado, se ha venido acusando  a Chávez de ser un sátrapa, un caudillo despótico y  dictatorial, por haber tenido como aliados a países no democráticos como Irán, Cuba… Cierto. A lo mejor debería haberse acercado a  países aliados de EE UU tan democráticos como Arabia Saudí, que sigue ajusticiando con prácticas tan abominables como la decapitación y en donde se le prohíbe a la mujer algo tan elemental como el acceso al carné de conducir; a Pakistán, que acaba de implantar la sharía en la región de Swat, o a Israel, país que, como es sabido, se caracteriza por un exquisito respeto a los derechos humanos, sobre todo con sus vecinos palestinos.
Lo que no se le ha perdonado a Chávez, ni se le perdona hoy, es el que, junto a dirigentes como Rafael Correa, Evo Morales, Raúl Castro, Ollanta Humala, Dilma Rousseff , Cristina Fernández de Kichner…, haya impulsado un marco de relaciones en el subcontinente americano que, por primera vez desde los procesos de independencia en el pasado siglo XIX, consolidan una colaboración estrecha entre varios países latinoamericanos (ALBA, UNASUR…) que ha frenado la pretensión norteamericana de dominarlos a través del ALCA.
Hace unos años, con ocasión de una visita de Rafael Correa a Murcia, pude preguntarle, en rueda de prensa, si el petróleo de países como Bolivia, Ecuador y, por supuesto, Venezuela se constituía en un elemento integrador. Su respuesta positiva corrió pareja a otra afirmación: en Latinoamérica asistimos, más que a una época de cambios, a un cambio de época. Y Hugo Chávez, con su legado, ha contribuido a ello.
http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article48254#.

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