jueves, 26 de enero de 2012

FRANQUISMO LATENTE

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2012/01/30/franquismo-latente/381863.html

Cuando todos estos años se nos ha intentado convencer de que el modelo de la Transición política español fue ejemplar, en realidad, como dijo el dictador, todo quedó a su muerte ‘atado y bien atado’. Veamos.

Para empezar, la actual Ley de Partidos consolidó un bipartidismo que trató de alejar del Parlamento a los grupos más críticos y activos de la izquierda, aquéllos que cuestionaron los ‘cimientos’ de la Transición política. Por lo demás, las mínimas concesiones a otras formaciones políticas de la izquierda sólo fueron una fachada tras la que se escondía la posición refractaria de la derecha clásica hacia el protagonismo político de quienes habían protagonizado la defensa de la II República en la reciente Guerra Civil (PCE).

Por ello, lejos de ser una etapa modélica, como dije arriba, en realidad los aparatos del régimen franquista salieron más o menos indemnes de dicho proceso, perviviendo estructuras judiciales ‘recicladas’ tales como la Audiencia Nacional, un Ejército reacio a la democracia burguesa y opuesto a la legalización y protagonismo político del PCE, la Iglesia, como enorme grupo de presión –que, en virtud de los Acuerdos con la Santa Sede de 1979, mantuvo sus privilegios de siempre-, y una oligarquía económica que, en todo momento, se mostró dispuesta a vigilar de cerca el proceso. Recordemos, además, que la corrupción política y económica, tan de plena actualidad en estos momentos, hunde sus raíces en la etapa franquista, en la que se tejieron no pocos de los lazos que unían los intereses de la oligarquía financiera, la burguesía industrial y la aristocracia terrateniente, esto es, lo que el historiador Tuñón de Lara denominó el bloque de poder que se consolidó en la etapa de la Restauración borbónica a partir de 1875. Con estos precedentes, la democracia en nuestro país nacía lastrada. Y de aquellos polvos nacieron estos lodos.

Creo que la actual debilidad de la democracia en nuestro país hunde sus raíces en las citadas carencias de aquella Transición, maniatada por un franquismo latente que nunca desapareció de la escena política. Para empezar, es preocupante la tibieza con que la Comisión parlamentaria creada ad hoc por el último Gobierno del PSOE encaró la situación del Valle de los Caídos, obra fruto de la megalomanía de un dictador y que constituye un culto perpetuo a la ignominia. Como resulta algo más que chocante que, cuando tanto énfasis se pone en criminalizar a la izquierda abertzale, no se tenga ningún reparo en mantener en la legalidad a formaciones políticas radicales, de corte fascista, como Falange Española. Algo que sería impensable en Alemania e Italia se ve aquí con naturalidad. Igual consideración hay que hacer con respecto al ‘entierro’ de la memoria histórica. Situación particularmente grave en la medida en que la Ley de Amnistía no tiene por qué suponer el olvido de la represión franquista, que se concretó, recordemos, en el exilio forzado de casi medio millón de personas, el fusilamiento de al menos 50.000, sobre todo entre 1939 y 1945 –coincidente con el alineamiento de Franco con las potencias del Eje durante la II Guerra Mundial-, y en la existencia de 130.000 personas en fosas comunes y en las cunetas de las carreteras, al decir de las asociaciones memorialistas.

Por lo demás, la peligrosa deriva antidemocrática de nuestro país se ha manifestado en estos últimos días en hechos más recientes: las reiteradas loas a Fraga, el proceso a Garzón y las amenazas de Cristóbal Montoro.

Es curioso constatar la machacona insistencia en calificar a Fraga de ‘hombre de Estado’. ¿Cabe atribuir ese calificativo a alguien que está detrás de hechos claramente delictivos como los sucesos de Montejurra, los de Vitoria y la ejecución del dirigente del PCE Julían Grimau? Nadie, sin embargo, osa calificar de hombre de Estado al juez Baltasar Garzón, cuyo delito ha consistido en atreverse a cerrar en parte la Transición democrática hurgando en la podredumbre de la represión franquista.

¿Y qué decir de las amenazas del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro? Amén de deslizarse por una senda evidentemente autoritaria, la práctica tradicional de la derecha más conservadora de este país, habrá que preguntarse si ello no supone una intromisión en la labor de la judicatura. Coincido con la apreciación del lehendakari Patxi López, que se pregunta si con ello Montoro quiere llevar a medio PP a la cárcel.

miércoles, 25 de enero de 2012

RECORTES Y MÁS RECORTES

Recortes y más recortes. En todos los ámbitos. Y la sociedad, pasiva. Claro que teniendo en cuenta que en esta Región de Murcia el PP barre electoralmente, se entiende esta atonía y permisividad sociales. Me dan ganas de jubilarme y emigrar. Pero, ¿a dónde?

miércoles, 18 de enero de 2012

LA DOCTRINA DEL SHOCK: DOCUMENTAL COMPLETO

Basado en el libro "La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre", de la periodista candiense Naomi Klein.

jueves, 12 de enero de 2012

¿Qué mencionar de Guantánamo: el centro de torturas de EEUU o su baja mortalidad infantil?



Basado en un texto de Iroel Sánchez, publicado en su blog “La pupila insomne” (1)


José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- Guantánamo, provincia cubana, es conocida mundialmente por una circunstancia que poco tiene que ver con las cualidades, virtudes o defectos de sus habitantes o representantes políticos: tiene la desgracia de albergar el centro de internamiento y tortura del Gobierno de EEUU en una base naval ocupada por la fuerza desde 1903.

En el año 2011, sin embargo, en el municipio de Guantánamo más cercano a esta base naval, en Caimanera, se produjo algo excepcional en un país de América Latina y del Tercer Mundo, producto -en este caso sí- de la capacidad organizativa, el talento profesional y el esfuerzo económico de sus habitantes y sus representantes políticos: Caimanera alcanzó un índice cero tanto en mortalidad infantil como en mortalidad materna, es decir, no murieron niños o niñas en su primer año de vida, ni madres durante o tras su embarazo (3). Ninguno de los grandes medios internacionales consideró pertinente la publicación de este hecho que destaca, sin duda, en el contexto sociosanitario de la región.

Por el contrario, Afganistán, país aliado de EEUU y de donde proceden la mayoría de los detenidos en la citada base naval de Guantánamo, presenta la mayor tasa de mortalidad infantil de todo el mundo: 149 por cada mil nacidos vivos .

El pasado año, en el informe anual de la ONG Save the Children, Cuba –a pesar del bloqueo de EEUU- aparece como la nación del Sur con mejores garantías para la maternidad, y Afganistán –aliada de EEUU y la Unión Europea y beneficiada por sus inversiones- como la peor (5). Nada de esto llegó tampoco a los grandes medios.

Pero si buscamos hechos informativos verdaderamente sorprendentes, debemos mencionar también que Cuba consiguió en 2011 una tasa de mortalidad infantil (4,9 por cada mil nacidos), inferior incluso a la de la superpotencia que la bloquea, EEUU (7 por cada mil) (6). A pesar de lo llamativo y chocante de este dato comparativo, tampoco fue lo suficientemente sugestivo para quienes deciden qué se convierte en noticia internacional.

El pasado octubre, el Gobierno de Cuba solicitaba, un año más, a la Asamblea General de Naciones Unidas, el rechazo al bloqueo de EEUU, obteniendo el respaldo casi unánime de la comunidad internacional (7). Y lo hacía en nombre de tres niños, María Amelia Alonso, de dos años, Damián Hernández, de cuatro, y Dayán Romayena, de doce, con tumores en su sistema nervioso central, que necesitan el medicamento de patente norteamericana Temodal que Cuba no puede adquirir. Tampoco esto ablandó los corazones de los censores de los medios internacionales, que prefirieron ignorar completamente el caso.

Censores a los que tampoco han conmovido los asesinatos de niños y niñas en Afganistán –el último reconocido, en noviembre pasado (8)-, o de mujeres embarazadas –el último en diciembre (9)-, a cargo de las tropas de la OTAN que cuentan con la entusiasta cobertura propagandística de sus consejos de redacción. Muertes de niños, niñas y mujeres embarazadas que no han desatado condenas internacionales ni sostenidas campañas mediáticas, y que no han provocado ni siquiera la curiosidad periodística por saber cómo se sienten las familias de las víctimas, ignoradas por completo por unos medios que han asumido un papel de legitimación, tutela y acompañamiento de los crímenes contra la Humanidad cometidos en nombre de la democracia.

 http://lapupilainsomne.wordpress.com/2012/01/03/una-noticia-sobre-cuba-que-no-lo-sera/

miércoles, 11 de enero de 2012

VIVIR MÁS PLENAMENTE

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2012/01/11/vivir-plenamente/377251.html

DIEGO JIMÉNEZ

Concluía mi último artículo de hace quince días con una alusión a la urgencia de replantearnos nuestro actual modo de vida consumista. Voy, pues, a intentar en unas pocas líneas reflexionar sobre este tema.

Está claro que no podemos seguir por la actual senda del crecimiento ilimitado. Como acertadamente señalan los ecologistas Yayo Herrero y Luís González Reyes en un largo artículo Decrecimiento justo y barbarie, en nuestra sociedad, a la que podríamos denominar ´sociedad del exceso´, la mayor parte de las cosas importantes o imprescindibles van a menos. Nuestros excesos se pagan: disminución o agotamiento del petróleo y las reservas pesqueras; quiebra del equilibrio climático, por el transporte motorizado y la emisión de gases de efecto invernadero de la industria y la aviación comercial; el exceso de cemento y hormigón deteriora los ecosistemas; el aire y el suelo se envenenan por el exceso de productos químicos; se incrementan las desigualdades sociales debido a la acumulación y excesivo consumo de bienes por parte de una minoría… Reducir las desigualdades nos sumerge en el debate sobre la propiedad. Paradójicamente nos encontramos es una sociedad que defiende la igualdad de derechos entre las personas y que sin embargo asume con naturalidad enormes diferencias en los derechos de propiedad.

El asunto es grave. Nos tenemos que plantear cómo podemos no sólo empezar a aprender a vivir con menos, sino a reivindicar soluciones para ello. Y la cosa es más sencilla de lo que parece, aunque exige una serie de renuncias, exigidas por la evidencia de que, según la ONU, estamos gastando más del 30% de la capacidad de reposición de la biosfera terrestre. O lo que es lo mismo: harían falta dos planetas como éste para que los 7.000 millones de personas que lo habitamos accedan a los mismos estándares de vida y consumo medio de una persona de la Unión Europea.

Para empezar, deberíamos renunciar a la aspiración de acceder al vehículo privado para nuestros desplazamientos. Un buen transporte público, combinado con otras formas de movilidad, podría cubrir todas nuestras necesidades. Respecto al consumo turístico de masas, asociado muchas veces a la necesidad compulsiva de viajar a lejanos países —vinculada a un impulso atávico de nomadismo y utilizando un recurso tan contaminante como el avión—, podría sustituirse por un turismo de proximidad, descubriendo lugares que no por cercanos dejan de ser atractivos. A veces, los paraísos lejanos y exóticos los tenemos más cerca de lo que creemos. En nuestra Región de Murcia, descubrir las zonas rurales del interior puede ser una buena opción. Pero es que, además, los desplazamientos masivos e irracionales de fines de semana, con su inevitable secuela (sobre todo en las grandes ciudades) de atascos y siniestralidad pueden sustituirse por el placer de descubrir nuestra propia ciudad o pueblo.

Debemos aprender a vivir con lo indispensable, huyendo de la cultura del derroche. También en lo tocante al consumo de energía. Y, además, seamos selectivos en el origen de los productos que consumimos, descartando los que producen mayor impacto ecológico en su fabricación. Seamos exigentes, además, en el respeto a los derechos laborales de quienes los fabrican.

El descenso del consumo va ligado, necesariamente, a una pérdida de puestos de trabajo en ciertos sectores. Pero ello puede ser compensado con nuevos ´yacimientos´ de empleo para el cuidado de personas ancianas y dependientes, la educación infantil, actividades culturales y de ocio, las energías alternativas, la agricultura ecológica, la potenciación del cooperativismo y turismo agrarios, la conservación y cuidado de masas forestales… Por el contrario, una forma de vida más saludable exige, inevitablemente, el rechazo de los puestos de trabajo ligados a actividades nada deseables o prescindibles como la industria militar, la nuclear, la automovilística… por poner unos ejemplos. Los sindicatos han de ser receptivos a la necesidad de cuestionarse la defensa a ultranza del empleo en estos sectores.

Como ven, en contra de las tesis de quienes ofrecen una salida a la crisis por la senda del crecimiento ilimitado, hay alternativas. Sólo he expuesto algunas pocas. Pero, por la salud del planeta y de todos quienes los habitamos, hemos de empezar a aprender a vivir mejor con menos. Pero más plenamente.