lunes, 24 de agosto de 2009

DE NUEVO EN INAZARES


Este verano me he vuelto a “perder” durante la primera quincena de agosto en la aldea de Inazares (Moratalla), situada al pie del Macizo de Revolcadores y a 1.350 metros de altitud, un lugar con especial encanto. Esta población, a poco más de una hora de la saturada y abigarrada Murcia, nos invita al solaz, a la conversación, a la reposada lectura, en contacto estrecho con una Naturaleza virgen en la que, aún, nos es dado contemplar el majestuoso vuelo del águila culebrera, el planear a gran altura del buitre leonado, el susurro del viento sobre las cimas de las montañas que la rodean, la maravilla del universo estrellado en sus limpias noches… En suma, la paz y la tranquilidad que presiden este singular paraje.

Mención especial para su rica gastronomía: en Inazares podrás degustar el buen embutido del campo de San Juan y la delicia para el paladar que supone un buen asado de cordero segureño.

Pero lo mejor de Inazares son sus gentes, sencillas, afables y siempre dispuestas a la conversación con los visitantes. Este verano han adelantado las fiestas que los escasos 30 vecinos y vecinas que pueblan el lugar dedican a su Santo Patrón, San Nicolás. Gastronomía, juegos populares, una procesión con el Santo y la Virgen y la música de las cuadrillas han sido sus actos más destacados durante el primer fin de semana de agosto. Y la visita del humorista “Eugenio”, que sorprendió a sus vecinos y vecinas con un repertorio de sus chistes…

El tiempo parece detenerse en lugares como éste. Afortunadamente, nos queda Inazares.