sábado, 16 de mayo de 2009

JULIO ANGUITA: “Como ya propuso Aristóteles, la acción política ha de estar incardinada en el terreno de los valores”





















El ex coordinador de Izquierda Unida pronunció en Murcia una brillante charla titulada "Ética y Política", ante un auditorio lleno y expectante.

Diego Jiménez/Murcia.- El veterano dirigente de IU, jubilado de la enseñanza y apartado del primer plano de la actividad política, no duda en acudir allá donde le llaman para aportar a las gentes reflexiones, siempre sesudas, sobre su larga experiencia en la vida pública. El pasado jueves, día 14, un Julio Anguita al que vimos pleno de facultades y con buen aspecto físico -pese a los achaques de hace unos años que le obligaron a aparcar su actividad política- dio una charla en el salón de actos del auditorio municipal "Puertas de Castilla", de Murcia, actividad organizada por Izquierda Unida que se inscribe en el contexto de los mil actos contra la crisis que esta formación política se comprometió a organizar en la pasada asamblea federal celebrada en Rivas-Vaciamadrid.

Interesante conferencia
Presentó la actividad Pedro Marset, catedrático de Medina en la UMU y candidato al Parlamento Europeo por IU en las próximas elecciones del 7 de junio, quien en su alocución inicial terminó afirmando, con rotundidad, que la democracia está por encima de las elites y que no hay socialismo sin la consolidación democrática hasta sus últimas consecuencias.
Inició, a continuación, su disertación Julio Anguita. Una cita de Jacques Monod, premio Nobel de Medicina francés recientemente fallecido, hombre culto y humanista preocupado por la existencia humana en todas sus dimensiones, le sirvió al conferenciante para iniciar su charla afirmando que "el ser humano tiene la capacidad de elegir entre las tinieblas, la animalidad, o entre la libertad". Anguita afirmó que la dimensión ética del ser humano es lo más importante, por lo que en la medida en que la Filosofía escudriña el por qué de las cosas hace de la profesión de filósofo "una cosa muy seria". Siguiendo a Monod, Anguita recordó que el ser humano, único dotado de inteligecia para decidir sobre sus actos, es también el único responsable del destino de nuestro planeta Tierra. En este sentido, recordó que este humanista francés afirmaba que si escogemos el camino del socialismo éste debe basarse en la ética del conocimiento, es decir, en aplicar los saberes humanos para el bien del conjunto de la Humanidad. Y parafraseando al profesor Marina, la Ética ha de constituirse en un "invento necesario de la inteligencia para poder vivir mejor", es decir, para impedirnos regresar a la época de las cavernas.
Anguita hizo un breve recorrido por el origen y a presencia de la Ética en la Historia, recordando que, en sus primeros momentos, desde Aristóteles, esta disciplina se dirigía a la persona individualmente considerada, para, a partir de Marx-Engels, cobrar una dimensión social y colectiva. Porque, según Fernández Buey, la Ética es "la única disciplina capaz de poner orden en la Humanidad".
Hizo Anguita, a continuación, una definición personal de lo que él entiende por Política, para afirmar que, en su opinión, ésta supone una visión del mundo, un acercamiento a los problemas de la gente y la posibilidad de proponer, junto con la gene, soluciones. O lo que es lo mismo: la Política es el arte de transformar la realidad. Y, como propuso Aristóteles, la política ha de estar incardinada en el terreno de los valores".
A continuación, esbozó toda una tipología de gentes -que, en su opinión, con sus adhesiones formales, están alejadas del modelo de político como persona honesta, seria y comprometida- tales como los "anti", quienes se adhieren a símbolos, quienes dicen estar unidos a "los nuestros", etc., gentes que, en su opinión, están carentes de referentes éticos. Aludió también a la hipócrita doble vara de medir en el terreno de los valores, con el ejemplo de la distinta percepción del hecho de la corrupción en la etapa de Felipe González por los mismos que hoy la alientan y la consienten.
Seguidamente, pasó a exponer una serie de reflexiones antropológicas muy interesantes sobre el "ser" de España y de lo español. Así, recordando a personajes literiarios como Rinconete y Cortadillo, El Buscón, el Lazarillo de Tormes... dijo que la figua del pícaro se ha instalado entre nosotros. Continuó con sus referencias históricas afirmando que en nuestro país nunca hemos hecho una revolución, evocando, como ejemplos, el falso patriotismo de aquellos españoles capaces de levantarse en armas contra Napoleón en 1808 para, a continuación, "bendecir" en 1823 la presencia francesa en la Península (la expedición de los "Cien Mil Hijos de San Luís") para devolverle a Fernando VII el poder absoluto; las limitaciones de la Constitución de Cádiz de 1812, tenida por progresista, pero que no resiste su comparación con la Constitución francesa de 1789; la insuficiente Transición española, que "está hecha de silencios, de ocultaciones"...Ejemplos todos que nos muestran la responsabilidad que cabe a los políticos en esos hechos, para afirmar, a continuación que, en el fondo, los políticos son, ni más ni menos, como el Pueblo del que proceden. "¿Cuál es el pecado actual de los políticos?" -se preguntó- :"Que cuando éstos acceden al poder son incapaces de cortar con "lo malo, con la corrupción". El problema es que hoy, en el campo de la política, miles de hombres y mujeres no tienen ideas claras, por lo que los electores y los electos pierden toda referencia y ello supone el abrazar ideas de derechas.
Lamentó que la sociedad actual haya desechado la referencia a conceptos tan arraigados antaño como el gusto por el trabajo bien heco, la honra y el honor...En su opinión, el problema es que nos negamos a pensar y, en esa negativa, está el germen de la"bestia" : el fascismo. Hoy, además, la política se ha transformado en espectáculo mediático (v. gr., el Debate del Estado de la Nación) y se da una permisividad social hacia el fenómeno de la corrupción, en la medida en que socialmente está interiorizado que tales prácicas no son nocivas, pues responden a los instintos más primarios del ser humano. Calificó, pues, a la corrupción como resultante de una "falta colectiva de Ética", lo que explica que los votantes sigan dando su apoyo a alcaldes corruptos, que han olvidado que la Economía es una Ciencia que debe estar al servicio del ser humano y no para facilitar el lucro personal.
Respecto de este fenómeno en la España de hoy, Anguita recordó queya hace quince años, Salvador Jové, pronosticó la actual "crisis del ladrillo", pero la falta de referentes éticos de la sociedad condenaron al silencio aquellas advertencias. Hoy, con la crisis en ciernes, se han hundido los tres mitos que sustentaban el modelo capitalista: el mercado, la competividad (basado, en el modelo español, en el monocultivo del ladrillo y en los bajos salarios) y el crecimiento sostenido, en la medida en que el PIB tiene unos límites. La crisis actual revaloriza, pues, el papel de la Ética, pero ¿qué tipo de Ética?. Anguita respondió poniendo en valor la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la ONU en 1948, texto que, a su parecer, tiene en su sencillez un indudable valor referencial ético. Pero los objetivos que propugna ese texto han de aplicarse, para que sirvan como un referente ético válido para los 6.500 millones de habitantes del Planeta, porque, tarde o temprano, se impondrá el verbo "repartir". Por lo que reivindicar hoy el cumplimiento de esos derechos es algo "plenamente revolucionario".
Terminó su alocución haciendo referencia a su percepción personal de lo que ha de ser un político, que debe tener derecho a que se le respete su vida íntima, pero "no tanto su vida privada", en la medida en que sus actos son un espejo en el que se mira la gente que le rodea. Con esta afirmación y con la apelación a la necesaria transparencia en la financiación de los partidos políticos y con una llamada a la austeridad, no sólo en las administraciones sino en el propio discurso y en la vida personal, concluyó Anguita una conferencia que, desde el primer momento, fue seguida con indudable interés por un auditorio entregado y que disfrutó, en ocasiones, con la ironía con que el ponente adornó su discurso.
Turno de intervenciones
A continuación, el moderador Pedro Marset dio paso a un breve coloquio, del que destacamos mi intervención, la primera, en la que discrepé con el ponente de algunas cuestiones históricas (concretamente, del hecho de ausencia de revoluciones en España) y le aporté que si los Derechos Humanos han de ser, hoy, un referente ético de primer orden no debemos olvidar tampoco la exigencia de que se cumplan los Objetivos de Desarrollo del Milenio, suscritos en el año 2000 en la ONU, por casi 190 jefes de Estado y de Gobierno.
A destacar, también, la intervención de José Coy, miembro de la Asamblea de Personas paradas y afectadas por la crisis, quien, tras reconocerse como una de las personas afectas por el paro, en su condición de autónomo, anunció la convocatoria de una marcha desde la plaza del Ayuntamiento de Molina de Segura hacia Murcia, en la que participarán las personas afectadas por la crisis de varios puntos de la Región, marcha que tendrá lugar el próximo día 31 de mayo, y que está apoyada por ese movimiento asociativo y por el Foro Social de Murcia.

2 comentarios:

supersalvajuan dijo...

Etica y política. Que tiempos aquellos en que se podían poner esas dos palabras en una misma frase sin ponernos a reir. Un saludo.

Sarashina dijo...

Amigo Diego, no sólo me echas de menos tú, sino muchos amigos de los blogs. Un cúulo de circnstancias me han hecho no poder acercarme todo lo que desearía por vuestros espacios. He ido manteniendo el mío como he podido, y comentando, digamos, lo fácil, aunque suelo visitar gente de mucha calidad que no es fácil de comentar. Ahora se avecina el fin de curso y estaré aún más liada, pero sabes que me gusta pasarme por aquí, porque me mantengo informada de todo lo que ocurre.
Esta conferencia debio de ser muy itneresante. La relatas con una precisión que parece que se ha estado allí mismo. Estoy de acuerdo con Salva en que es muy difícil unir ya dos términos como ética y política, y tengo la sensación de que todo está muy pervertido, y los que no lo están, o lo están menos, se anclan en un pasado que se queda cada vez más obsoleto ante el amontonamiento de succesos que se nos vienen casi a diario encima. Estoy, por decirlo de algún modo, desconcertada, y un poco saturada de información que ya no sé si es fiable o no. La tuya lo es siempre, desde luego, porque es de primera mano y no responde a intereses espúreos. Me refiero, naturalmente, a los medios de comunicación y a los políticos, que parece que los veo gesticular por detrás de sus palabras.
Estoy muy dedicada actualmente a mi profesión, a mi literatura y a mi vida personal, lo que no quiere decir que no tenga interés en lo que ocurre, y quizás participar en aquello que desde el más profundo sentimiento o desde la más profunda convicción me anime.
No pudimos vernos en la asamblea del STERM, amigo, porque estaba bien malica con unas anginas de fiebre y escalofríos, pero nos veremos pronto. Un abrazo