viernes, 1 de mayo de 2009

En la manifestación obrera del 1º de mayo en Murcia, los líderes sindicales atribuyen la crisis al modelo productivo y a la avaricia empresarial.




Exigen empleo, inversión pública, protección social y medidas coordinadas para superar la actual situación.

Diego Jiménez/Murcia.- Cerca de siete mil personas secundaron la manifestación obrera del pasado día 1 de mayo en Murcia, pese al puente festivo y la amenaza de lluvia, que terminó por concretarse al mediodía. La manifestación, bajo el lema conjunto 'Frente a la crisis: empleo, inversión pública y protección social’, arrancó a las 11:30 desde la Avenida de la Constitución, recorriendo la Gran Vía y la plaza Martínez Tornel, para desembocar en el Jardín del Malecón, lugar en el que los líderes de las organizaciones sindicales convocantes, Daniel Bueno (CC OO) y Antonio Jiménez (UGT) dieron lectura a sendos comunicados.

Variopinta comitiva

Abría la comitiva un grupo juvenil de percusión y la pancarta de cabecera, portada por los líderes sindicales de UGT y CC OO con el eslogan “Frente a la crisis, empleo, inversión pública y protección social”. Llamativa la presencia de globos y dirigibles de colores con los que los sindicatos pretenden mostrar más claramente sus siglas, algunas banderas republicanas y, así mismo, la asistencia, cada vez más notable, de personas inmigrantes. Una gran pancarta de CGT, sostenida por globos, exigía “Basta de huelgas domesticadas y despidos salvajes”, una bandera nigeriana, con la leyenda “Nigeria/Murcia”, era portada por dos personas de esa nacionalidad, mientras que unos jóvenes denunciaban la situación represiva del movimiento sindical del gobierno colombiano de Álvaro Uribe con una que rezaba “Nueve sindicalistas asesinados en 2009 en Colombia. Abajo Uribe y el régimen”.

Por otro lado, la situación de paro y la crisis que afecta a la Región no podía pasar desapercibida. Así, la Asamblea de parados y paradas y afectados-as de Molina de Segura denunciaba el preocupante aumento del paro en esa localidad con una pancarta con la leyenda “La crisis que la paguen ellos”. Por otro lado, una pancarta de los trabajadores de UGT de la empresa “Halcón”, recientemente adquirida por Profusa, agradecían a Jesús Cámara el mantenimiento de los puestos de trabajo. Otra pancarta de UGT-Hefame exigía una negociación digna para todos los trabajadores.

Los partidos políticos también se sumaron a la manifestación, con la presencia de Pedro Saura y otros dirigentes del PSRM-PSOE, mientras que la representación de IURM, muy nutrida, iba precedida de una pancarta, con el eslogan “Por un plan social y económico contra la crisis”, portada, entre otras personas, por el coordinador general José Antonio Pujante, junto a otros dirigentes y militantes de esa formación política, y a la que también se sumó, por encontrarse estos días en Murcia, el responsable federal de Economía y Trabajo de IU, José Antonio García Rubio.

Una pancarta del PCE (M-L) decía “Ni reyes ni capital, república popular”, mientras que una conjunta de UJCE y PCRM-PCE exigía la huelga general “frente a la crisis y el abuso empresarial”. Precisamente UJCE, que se situaba a la cola de la manifestación, se mostró muy activa en el transcurso de ésta, coreando eslóganes como “Huelga, huelga, huelga general”, “Anti, anti, anticapitalista”, “Obrero despedido, patrón colgado”, “Viva la lucha de la clase obrera”, “Stop Bolonia”…

Comunicados finales

Cuando la manifestación llegó al jardín del Malecón, tomaron la palabra -sobre una tarima adornada con pancartas de UGT y CCOO, y a la que también subieron representantes de los trabajadores inmigrantes de la Región- los líderes de las organizaciones sindicales convocantes.

Intervino, en primer lugar, Daniel Bueno, secretario general de CC OO, quien, tras saludar, comenzó pidiendo “empleo decente, salida a la crisis y derechos sociales y sindicales”. No olvidó, en su alocución, la presencia sobre el escenario de personas inmigrantes, y dirigió un saludo al Pueblo palestino, al saharaui y a otros países en los que no es posible ejercer los derechos sindicales. Anunció la celebración, el próximo 7 de octubre, de una jornada mundial por el trabajo decente y pasó a concretar datos sobre la situación económica y social actual, denunciando la existencia de más de cuatro millones de personas en paro y el brutal descenso del PIB, en un contexto de un incremento notable de los beneficios empresariales, que han crecido por encima de lo que lo hacían en años anteriores. Achacó la actual crisis a la avaricia y la indecencia de los empresarios en un contexto de fuerte desempleo, del que dijo “tiene rostro de mujer” y “rostro de la desesperanza”, al cebarse, mayoritariamente, sobre las personas inmigrantes, las mujeres y los jóvenes. Por ello, reivindicó más empleo, inversión pública (para salvar a las personas y no a las empresas) y protección social. Dijo que el “neoliberalismo no tiene corazón”, y exigió el fin de los contratos temporales para lograr una sociedad más justa y con más cohesión social, apelando a un esfuerzo coordinado de la Administración y todos los agentes sociales (incluida la patronal) para salir de la crisis. Por último, y ante la proximidad de las elecciones europeas, exigió estar atentos para evitar que se nos cuelen medidas antisociales, como la famosa directiva de las 65 horas laborales, por lo que pidió una movilización en apoyo de los partidos de izquierdas.

Tomó la palabra, a continuación, Antonio Jiménez, presidente de la Gestora Regional de UGT quien comenzó afirmando que este 1º de mayo es “especial, comprometido y más necesario que nunca”, por la existencia de avatares varios como desorganización social, neoliberalismo, mala planificación económica, especuladores…que nos han llevado a esta situación. Afirmó que existe hipocresía empresarial, al achacar a las mejoras laborales la responsabilidad de la crisis; sin embargo, afirmó, “no es el momento de hacer el empleo más precario, sino de crear más”. Apeló también al talento de los jóvenes, como dato a tener en cuenta, y no hacer de los inmigrantes una mercancía…Dijo que es precisa una diversificación productiva, renovación del tejido empresarial, un empleo de calidad y la “extirpación de la especulación y la codicia de ciertos empresarios”, por lo que hay lograr un trabajo conjunto de empresarios, trabajadores y Gobierno. En ese marco, no hay que postular el retraso de la edad de jubilación ni tienen cabida los despidos injustificados; por el contrario, exigió la creación de empleo, más inversión pública y protección social. Respecto de la exigencia de convocatoria de huelga general, dijo discrepar de aquellos grupos “rancios” (sic) que la piden, afirmando que mientras el actual gobierno se muestre sensible a la situación de crisis y no se produzcan recortes salariales y sociales, UGT no apoyará aquélla. Terminó recordando las cifras de parados de la Región (más de 140.000) y pidiendo un emocionado recuerdo a la figura del fallecido secretario general, Antonio López Baños, requerimiento que fue recibido con un prolongado aplauso de las personas presentes.


CGT celebró su “Anarko-fiesta” en la Plaza de Camachos

Por su parte, CGT, que había participado en la manifestación unitaria, organizó al mediodía una fiesta en la plaza de Camachos, deslucida, en parte, por la fuerte lluvia caída sobre las dos de la tarde, interrumpiendo la actuación musical, aunque parte del público permaneció, impasible, en el recinto. En el lugar, pancartas y eslóganes varios, junto a diverso material explicativo de la actual situación de crisis.

El comunicado específico para este 1º de mayo dice “Basta de huelgas domesticadas y despidos salvajes” y, de su contenido, extractamos algunas ideas. CGT afirma que “quienes a lo largo de décadas han diseñado las políticas que nos han conducido al precipicio […] se presentan ante la clase trabajadora para exigir que todas y todos los saquemos del aprieto”, por lo que “CGT no está dispuesta ni va a consentir que los ricos, los empresarios, los banqueros y los directivos de las grandes empresas del Estado Español nos restrieguen por la cara sus escandalosas cuentas de beneficios y salarios, mientras que los trabajadores y trabajadoras nos quedamos con una mano sobre otra culpa de los despidos, los ERE o la no renovación de los contratos temporales”. Exigen que la “crisis la paguen los ricos” y postulan un “verdadero cambio social para todos y para todo”, para el que es precisa una huelga general.