miércoles, 13 de junio de 2007

VOCES AMERINDIAS


(Artículo publicado en La Opinión, 12-6-2007)
Es menudo, viste el típico poncho andino y adorna su cabeza, de la que cuelga un largo mechón de pelo trenzado, con un sombrero de paño. Sus rasgos faciales plenamente indígenas esconden una personalidad cálida, de verbo templado y fluido y discurso convincente, propio de quien dedica su vida a la defensa de las comunidades indígenas que, por fortuna, aún sobreviven en las tierras que dieron a la luz las ricas culturas maya, azteca, tolteca… en los recónditos rincones de la selva amazónica y en los riscos rocosos de la cordillera andina, refugio de la también rica civilización inca. Líder de las ‘naciones indígenas’ de Ecuador, antropólogo de profesión y miembro de la CONAIE (Confederación Nacional de Asociaciones de Indígenas Ecuatorianos), el amerindio Luís Macas está de gira por nuestro país. Recaló en Murcia, invitado por la ONG ‘Acsur-Las Segovias’. En el hemiciclo de la Facultad de Letras presentó el pasado día 5 de junio las aspiraciones de las comunidades indígenas ecuatorinas ante el proceso abierto por el nuevo presidente electo, Rafael Correa, para la elección de una Asamblea Constituyente.

Luís Macas definió como “proceso irreversible” los cambios que se están dando en América Latina, con una particularidad: la emergencia de los pueblos de aquel continente. Definió el actual marco político para lograr una nueva Asamblea Constituyente como el resultado de la lucha de los trabajadores, campesinos, indígenas, intelectuales… en suma, de todo el pueblo de Ecuador. En su alocución, esbozó las líneas maestras de las reivindicaciones indígenas en ese país andino. Macas defendió con énfasis, como ‘conditio sine qua non’ para un auténtico cambio sociopolítico en su país, la necesaria redistribución de la riqueza, en la medida, dijo, en que “hoy soportamos dificilísimas condiciones de vida: el 80% de la población de Ecuador vive por debajo de la línea de la pobreza”, estadísticas que el Banco Mundial se ha encargado de ocultar. Para redistribuir la riqueza del país, es urgente que los recursos naturales pasen a manos de los ecuatorianos. Puso como ejemplo la riqueza petrolífera del territorio, con un 80% de beneficios para las petroleras y sólo un 20% para el país, pues no se explota con un criterio de justicia social y de equidad. Macas se remite a la experiencia de Evo Morales en Bolivia para defender la necesaria nacionalización de los recursos petroleros y mineros, pues, entre otras cosas, este modelo económico dependiente ha conducido a que en América Latina se hayan perdido las condiciones de dignidad de los pueblos, en virtud de la depredación del medio ambiente. Macas recordó que durante miles de años las comunidades indígenas de ese continente han mantenido celosamente la biodiversidad, por lo que propugna conservar un ‘pulmón verde’ en Ecuador, al tiempo que nos advirtió que los pueblos del Sur contemplan asustados el derroche de energía del mundo desarrollado.

Al referirse a la necesaria reforma agraria -medida que, según dijo, no está en la agenda prioritaria del presidente electo Rafael Correa-, afirmó que el 73% de las tierras cultivables están en manos de sólo el 9% de la población del país, por lo que esta reforma no sólo ha de servir para detener la sangría de la emigración sino también para garantizar la soberanía alimenticia. Macas habló de más cosas: de una refundación del país teniendo en cuenta las voces amerindias, del derecho al reconocimiento de la pluralidad nacional de Ecuador, del respeto a la identidad y culturas ancestrales de ese país andino, de la Deuda Externa…

Oyéndole, mi mente se trasladó inevitablemente a los estériles debates que estos días mantienen los plenipotenciarios del G-8. Seguro que en sus agendas no está el sacar de la pobreza extrema a países como Ecuador.