sábado, 9 de junio de 2007

PROTESTA EN MURCIA DEL FORO SOCIAL CONTRA LA CUMBRE DEL G-8 EN HEILINGENDAMM (Rostock, Alemania).


En el comunicado de denuncia se advierte que “sólo superando el capitalismo puede tener esperanza la Humanidad”.

Diego Jiménez. Murcia, 7-6-2007.- Una valla protectora de 12 millones de euros para una Cumbre que ha costado otros 100 millones. Mandatarios de ocho países, que representan el 65% de la economía mundial, se reúnen estos días en la localidad de Heilingendamm, cercana a Rostock, ciudad alemana de la costa báltica, en un foro que poco va a reportar para mejorar el futuro de la Humanidad. Con escasos acuerdos, como el vago compromiso de reducir, hacia 2050, el 50% de las emisiones de CO2 respecto de 1990, pero sin mayores concreciones, la Cumbre no ha abordado, sin embargo, aspectos tales como la pobreza extrema, en el contexto del cumplimiento de los Objetivos del Milenio, ni tampoco la condonación de la Deuda de los países más pobres del planeta. Sólo unos vagos compromisos de ayuda al continente africano es lo más destacado de la reunión.

Un enorme despl
iegue policial ha tratado de frenar las protestas de jóvenes de toda Europa que, incluso, llegaron a cortar los accesos por ferrocarril hacia la sede de la Cumbre, lo que obligó a los periodistas que han cubierto la misma a llegar a la sede por vía marítima. Como viene siendo habitual en esta serie de eventos, la represión ha sido particularmente dura, contándose, hasta la fecha, con la detención de dos jóvenes de nacionalidad española.

El Foro Social de Murcia realizó, pues, una convocatoria de protesta en la ciudad, minoritaria pero testimonial. Unas cien personas secundaron la misma la tarde del pasado jueves, día 7 de junio, en la murciana plaza de Santo Domingo. Entre las personas congregadas, miembros del Foro Social y de otras formaciones políticas, como IURM y PSRM-PSOE, así como integrantes de la Unidad Cívica por la República y del Foro Ciudadano de Murcia.

Nosotros quisimos conocer de primera mano las impresiones de algunas de las personas congregadas. Encontramos al activo Miguel Ros, del Foro Social, que se avino a contestar a nuestras preguntas.

Miguel, ¿qué tienes que decirnos ante la ficción de intentar solucionar los problemas del mundo en la Cumbre de Heilingendamm, y, sobre todo, si crees que va a servir para algo o esto es un escaparate?

-Creo que el poder no está ahí –nos dice Miguel Ros-, esa gente aparenta que es el poder, pero éste está detrás, lo tienen las grandes corporaciones transnacionales. Creo que esta Cumbre es una estupidez, no tiene ningún sentido hacer ese alarde de fuerza, cuando realmente ésta se encuentra detrás. Además, es un gasto inútil, esto se ha pagado con el dinero de todos los contribuyentes de los ochos países. Nosotros también participamos de eso, y es un derroche de dinero sin sentido. Creo que los problemas no se resuelven en este tipo de Cumbres, ni mucho menos.

Teníamos hace dos días, en Murcia, a Luís Macas, representante de las comunidades indígenas de Ecuador. A mí me consta que en la Cumbre, uno de los puntos era el de la situación de África, pero no se cita, para nada, la de América Latina. Y fíjate el dato: el 80% de la población ecuatoriana, según Macas, vive por debajo de la línea de la pobreza. ¿Crees que esta gente de la Cumbre tiene voluntad sincera de abordar, siquiera en parte, ese compromiso del cumplimiento de los Objetivos del Milenio?

-Creo que no. Aquí lo único que se hace es regularizar el mercado, en función de los intereses de las multinacionales, es decir, poner leyes que faciliten el libre comercio, pero en condiciones desiguales, en las que el poderoso es realmente el que más se beneficia de esa libertad comercial. Así que, en este tipo de Cumbres, lo que se hace es afianzar más el poder económico mundial, un modelo devastador que genera unas miserias económicas inconmensurables. Esto un fracaso de la Humanidad. Esta gente se constituye en los gerentes de este fracaso. O sea que ¡menuda gloria para el futuro!

¿Y qué podemos pensar de la postura de Angela Merkel, realmente se da una confrontación entre sectores del capitalismo? Lo digo por la postura renuente de EE UU que se niega a entrar en una dinámica mínima de frenar las emisiones. Por un lado, parece que marchan los intereses del capitalismo norteamericano y, por otro, los de una fracción del capitalismo mundial, el europeo, que parece querer introducir cierta racionalidad en el tema de las emisiones de gases de efecto invernadero.

- Yo creo que eso lo que oculta, en el fondo, es desde mi punto de vista, lo siguiente: hoy se dan distintos niveles de tecnología de las empresas que trabajan en esos sectores contaminantes, por lo que esa tecnología hay que rentabilizarla. La tecnología punta se queda en los países desarrollados europeos, en las zonas más limpias, pero a China y otros países se exporta la tecnología obsoleta que hay que rentabilizar. En el fondo, todo es un juego: aparentan que unos son mejores que otros, pero, en el fondo, tras esa apariencia, lo que se hace es facilitar que se utilice toda la tecnología utilizable hasta que sea rentable. Y un dato: en China, el 70% de la energía se produce con carbón, altamente contaminante. Esto es una locura, un disparate. Estamos acusando a China, pero es que esas empresas son de matriz europea, norteamericana…

Por cierto, China acaba de afirmar que mientras no hayan unos niveles similares de riqueza en aquel país, no van a entrar en una dinámica de reducción de emisiones. Y es que China e India quieren alcanzar el estatus de consumo y bienestar de Occidente.

-Claro, ciertamente, así es.

Dejamos a Miguel, tras oír sus sensatas y lúcidas reflexiones, y nos encontramos con Pedro Marset, ex eurodiputado y hoy miembro activo del grupo de trabajo de Izquierda Unida Local, donde ha contribuido, y mucho, al retorno de Esther Herguedas al Ayuntamiento de Murcia.

Buenas tardes, Pedro. ¿Qué nos tienes que decir sobre la bondad, o la sinceridad, de las posturas de los grandes países del G-8 reunidos en Rostock? En la agenda están problemas como el de África. Me asombra, sin embargo, que se hayan olvidado de Latinoamérica.

- Uno de los hechos que demuestra el empuje, el vigor de la contestación, a esta falacia de intento de solución de los problemas mundiales –nos dice Pedro- es el hecho de que estas Cumbres, que antes se hacían con gran ostentación en ciudades conocidas, ahora se recluyen en el seno de pequeñas localidades, blindadas por la policía. Un síntoma del miedo de los mandatarios mundiales ante el empuje de los movimientos contra la globalización. Además, he de resaltar, como elemento altamente positivo, la gran presencia de jóvenes, lo que expresa la rebeldía de las nuevas generaciones de toda Europa ante este desastroso panorama económico que nos está diseñando el neoliberalismo capitalista. Y a destacar, así mismo, la presencia, entre los movimientos de protesta contra la globalización, de miembros del recientemente constituido Partido de la Izquierda Europea (PIE).

La lectura del comunicado de denuncia, por parte de miembros del Foro Social (que aparecen a la derecha) y del que daremos cuenta íntegramente al final de esta crónica, interrumpe momentáneamente mi toma de contacto con algunas de las personas presentes para palpar su opinión respecto de los sucesos de Heilingendamm.

Terminada la lectura del comunicado, nos disponemos a pulsar la opinión de uno de los muchos jóvenes que, como viene ocurriendo en tantos y tantos acontecimientos de denuncia social, hacen acto de presencia para dotar de savia nueva a estos emergentes movimientos sociales. Nos acercamos, por tanto, a Daniel, un joven oriundo de Segovia, pero afincado en San Javier, que no ha dudado en secundar la convocatoria del Foro Social.

¿Hola, cuál es tu nombre?

-Hola, soy Dani.

Encantado. Soy Diego Jiménez, que cubro este acto para Azogue.net.Izquierda Unida y para EnCiezadigital. He entrevistado a algunas personas de cierta edad. Pero veo que hay muchos jóvenes hoy aquí, como también en Rostock, en Alemania. Es un motivo de satisfacción constatar la presencia juvenil en acontecimientos de este tipo. ¿Qué te ha impulsado a ti a estar aquí?

- Estoy aquí para manifestarme, lo único que puedo hacer, frente al hecho de que ocho países de los más industrializados del mundo se reúnan (bueno, ni siquiera ellos, sino los dirigentes) para tomar una serie de decisiones que no van a favor de la ciudadanía, ni mucho menos a favor del Tercer Mundo, sino en función de las necesidades e intereses de las grandes multinacionales, que son quienes manejan estos países. Por ello, simplemente por estar en desacuerdo con que unos cuantos políticos decidan qué va a pasar con el resto del Mundo es algo que me hace moverme para hacer lo que puedo hacer: protestar por esa situación.

¿Y qué piensas de que en la agenda de esa gente no esté el caso sangrante de la pobreza en América Latina, que ni siquiera se aborda? ¿Qué crees que pasa por las mentes de estos dirigentes?

- Creo que forma parte del sistema capitalista el hecho de que pueda haber un sector minoritario de la población mundial que pueda vivir en condiciones de bienestar, pero para ello es necesario que haya una parte mucho más mayoritaria que viva en la pobreza. Es necesaria ésta para que las multinacionales sigan ganando más dinero y, por supuesto, no interesa a este sistema que se atienda a los más necesitados.

¿Tú crees que realmente hay un movimiento emergente que, partiendo de América Latina, pudiera dar un vuelco a la situación económica mundial, o eso es una bella utopía?

- No sé si la solución tiene que venir de Latinoamérica. Creo que las decisiones para que esto cambie han de venir de las fuerzas, de los poderes económicos mundiales. Pero si ellos no toman esas decisiones, vengan de Latinoamérica o vengan de donde vengan, creo que tendremos que movilizarnos todos… Quizás haya que esperar a que venga una situación peor de la que vivimos. De todas formas, no creo que el cambio sea una utopía. De hecho, hoy estamos mejor que hace cien o doscientos años y, aunque hemos dado un pequeño retroceso en las últimas décadas, creo que pueden volver a cambiar las cosas.

Nos despedimos de Dani, no sin antes animarle a que sean ellos, los jóvenes y las jóvenes quienes más empeño pongan en la lucha por cambiar este mundo.